martes, 24 de mayo de 2011

Reflexionando mi práctica docente en la E-A de la historia...

Como asignatura incluida en el plan y programa de estudio de Educación Básica Primaria, resulta de importancia vital que docentes y alumnos  despertemos nuestro interés en la investigación  y el conocimiento de temas que forman parte de la historia universal, de nuestro país, nuestra comunidad, nuestra familia, nuestra propia historia; con la finalidad de enriquecer nuestro acervo cultural y lograr de esta manera aprendizajes más significativo en el aula. A lo largo de mi experiencia personal en la enseñanza-aprendizaje de la historia, mi trabajo ha consistido en desarrollar los contenidos sugeridos de acuerdo al programa de estudios y el grado en turno; prácticamente mi método utilizado consiste en leer los textos de los temas a tratar para posteriormente invitar a los niños a que lo hagamos juntos, vamos subrayando la ideas o frases que nos pueden aportar un conocimiento y le damos la oportunidad al alumno de que estructure una pregunta y se responda así mismo. Creo que mi forma de enseñar historia tiene mucho en común con la forma en que mis maestros me enseñaron, con la diferencia que ellos solo aplicaban cuestionarios traidos de casa, las respuestas eran únicas e irrevocables y no comentaban los temas. En realidad, mi método de enseñanza puede no ser el mejor, pero considero que cuando desarrollamos los temas, algo de lo que tratamos se nos queda y esto incrementa el bagaje cultural de los alumnos y el mío también. Los recursos con los que cuenta mi escuela son realmente escasos, solo contamos con algunos mapas y algunos libros de la biblioteca escolar y de aula; el libro de texto es elemental para mí porque considero que es un excelente recurso que especifica qué contenidos deben tratarse y qué páginas electrónicas deben investigarse. Para mejorar mi práctica docente necesito conocer y desarrollar nuevas estrategias de E-A de la historia, estrategias que promuevan la investigación, innovación, el interés y su aplicación en situaciones de la vida cotidiana, para que este conocimiento histórico que se pretende lograr, sea realmente significativo en el aprendizaje de la historia de los alumnos.  

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